Solo recorrerte, conocerte, entenderte y que me entiendas. Solo buscar una mentira entre tantas verdades, un sueño entre tantas realidades, un mar, nuestro mar, donde solo los dos, solos, nos podamos ahogar. Y recorrernos, y conocernos, entendernos, y que nos entiendan. Solo seguirnos, como siempre, o atravesarnos. Solo sentirnos, sin hablarnos, sin pensar, sin ayer, sin hoy, sin mañana, solo así, siempre así, para siempre.

Grande como Neptuno. Como un elefante gordo. Como las mentiras de Carlitos Saúl o la ignorancia de Fernando. Como el cine francés. Como un café con leche doble. Como el Rolls-Royce de Ricardo. Como tus ojos. Como los árboles de Plaza San Martin o los leñadores rusos. Como un enano en sancos. Como los sueños de papá. Como el mundo cuando gira para tu lado. Como vos cuando cuando sonreís para el mio. Grande. Como lo que siento por vos hoy, lo que voy a sentir mañana y pasado.

Una taza de capuccino que despierta mis pensamientos, la televisión sin cable, y un dolor de panza que desafía mi fuerza mental. El frío calando los huesos de mis manos, y mis zapatillas haciendo lo posible para conservar la vida de mis pies. De repente se abre mi puerta, y tus ganas de gritar me miran sonriendo. Cuando quieras te quiero, decís. Cuando quieras te quiero. Cuando quieras te quiero, gritás.

Sam no era una chica mas, Sam no comía pizza, ni le molestaban los insultos. Sam no sabía de música, ni le interesaba saber. Sam no miraba tele, aunque su personaje favorito trabajaba en ella. A Sam no le importaban los horarios, trabajaba de día y me hablaba de noche. Sam era divertida, aunque nunca se reía. Yo era de Sam, aunque dudo de su existencia. Sam me abrazaba, cuando tenía frio. Sam nunca me tocó, por que vivía del otro lado. Extraño a Sam. Sam.

Sam. Sam.

No recuerdo las mañanas, ni las noches, y digo no recordarte por que eso me hace sentir un poco mas fuerte. No me gusta asumir la derrota de mi cabeza ante mi corazón, ni la de mi caparazon contra tus mentiras. Nunca supe que decirte cuando te quedabas callada, ni cuando me mirabas a los ojos. No me interesa hablar de vos pero lo hago por que un poco me gusta. No me interesa pensar en vos, como tampoco me interesa comer, dormir, ni escuchar musica.

Sabian lo que hacian, caminaban. Se parecían un poco mas que Clark Kent con Superman, o Britney Spears con una naranja. Se miraban cuando querían, se hablaban si hacia falta. Escuchaban un disco de los Beatles todos los dias antes de dormir, y manchaban de barro las cortinas amarillas del living cuando pensaban en la vida. Miraban la tele, si se les antojaba; a ella le gustaba Susana Gimenez, y a él el cielo. Soñaban con un mundo verde, como las macetas del living, y creían que el amor no era mas que una pelicula sin subtitulos.

Clavos y globos son dos cosas que no deberían ir juntas
El martirio y el festejo.
Traumas, terror y panico, frustración, fracaso, angustia.
Y todas esas cosas horribles que no son ciertas
¿Cierto?

Decir que te extraño puede que sea una locura, puede que sea extrañar como me veia al lado tuyo, puede que sea extrañar tus medias rosas con rayitas rojas, puede que extrañe el ruido de esas noches de frío, puede que extrañe extrañar, puede que extrañe soñarte ocho días seguidos, puede que extrañe los otros veinte que no solo soñé con vos, sino con nosotros; puede que extrañe el olor a canción de Arjona que te salía de los ojos, puede que extrañe tu voz, aunque ya no me la acuerdo; puede que extrañe los mensajes de la mañana, o los viajes a Hawaii a las seis de la tarde, cuando aparecías; puede que sea raro que te extrañe, puede que sea extraño admitir que te extraño

Le echamos la culpa al corazon, del hermoso, famoso, asqueroso, y rojo amor, cuando en verdad es solo un engaño de la cabeza, que nos inventa peliculas, sueños, abrazos, lluvias, diluvios, tormentas, millones de rayos, y hasta aviones. ¿Existe alguna prueba de que el corazon es el responsable o es otro invento para sentirnos un poco mejor, o peor, o extraños, o con hormigas, avejas asesinas o mariposas en la zapan?. No creo, nunca escuche decir a Aristoteles que le picaba un pié, a Picasso que enamorarse era horrible, a Spielberg que su corazón latiá por alguien. Pero si escuche decir a Pepe, algunos usuarios de yahoo respuestas, y al pelotudo de Polino, que todo es mental.

Una tarde de sol, de nubes, de lluvias. Caminamos miles y miles de cuadras, tomamos fotos, como de costumbre, compramos comics, como de costumbre, nos reimos de los edificios, de los tangos, y los pajaros. Con trenes y subtes llenos, con sueños de madera y ensaladas mixtas, con techos azules, y cielos espejados, razones amarillas y abrazos, y abrazos, y abrazos. Nos cruzamos algunas guitarras, y algunos hombres atras de ellas, un saxofonista, de ese no me olvido, me parece que era amigo de las calles, o primo del sol. Nos miramos algunas veces y aplaudimos otras, el del saxo se lo merecía. Nos sentamos, creo, pero despues seguimos caminando, en busca de alguna imagen nueva para la vista, de algun escenario para una foto, o un cafe con magdalenas.

Con el sol entre los brazos, la lluvia en los pies, y el reloj en la cabeza, le pedí que no se vaya. Con la campera en el hombro izquierdo, con mi mano en su mano le pedí que no se vaya. Con ganas de abrazarla, con miedo a reirme, con ganas de un sí, le pedí que no se vaya. Con los pies empapados, con la cabeza perdida, con los brazos abiertos, le pedí que no se vaya. Con el frio de un veinte de Junio en Palomar, con sus ojos en los mios, con su nariz en Bogotá, con su boca en Zúrich, le pedí que no se vaya.

En ese momento, pude entender cosas como la eternidad, el corazón, o el alma. Después, al momento siguiente se cernió sobre mi una insoportable tristeza. Su calor, su alma, ¿Cómo podría alcanzarlos? ¿Dónde podría llevarlas? No tenia idea, por eso estaba triste. Entendí que evidentemente no podríamos estar juntos para siempre. El irrefrenable poder de nuestras vidas, la intensidad infinita del tiempo se extendían desesperadamente ante nosotros. Pero la intranquilidad que se había apoderado de mi, iba desapareciendo poco a poco. Y entonces todo lo que quedaba, eran sus dulces labios. Sentí que hubo antes y un después de ese beso, el mundo había cambiado completamente. "

Todo lo que quiero es la fuerza para protegerla", pensé intensamente.

Byousoku 5 centimeter

Guarda tus lagrimas para mas tarde, porque el mañana tiene nombre.

El sonido del mar todas las mañanas, tus boztesos, el aire del ventilador, y el motor de la heladera. Los desayunos a las tres , tus abrazos a las cuatro, tus sonrisas cuatro y cuarto, tus risas a las cinco. Los ravioles de la tarde, los colores del cielo , tus botitas amarillas, el ruido de la gente llegando tarde al teatro. Tu hambre a las diez, mi hambre a las once, el viento , la pizza en la mesa. La cama a la una, tu espalda a las dos, mi sueño a las tres, a las cuatro, a las cinco, a las seis, a las siete, a las ocho, a las nueve, a las diez, a las once, a las doce tambien.

Y me pregunté si un recuerdo es algo
que se tiene o algo que se ha perdido

Desde chiquito escuchando hablar del destino, que todo ya está escrito, que las cosas pasan por algo, que vos miras el techo por que te gusta, que el sol es amarillo, o naranja, o rojo, por que así queda mas lindo, que te conocí por que quien dice estar arriba te metió adelante mio, que las nubes son vientos blancos, que las canciones ya estaban planeadas, que el ajedrez es juego de viejos, que me miraste por que me hablaste, que duermo para soñarte. Aveces creo que el cielo es azul por que vos lo propusiste, y tambien te propusiste que acá este yo escribiendo esto, buscando una explicación.

No cuento las veces, que decidi alejarme, cuando nuestro sueño se apago
Seguiste esperando, y aun lo haces hoy, quien pudiera alcanzar tu calidez. Alcanzarte hoy.

El frio calaba los huesos, el viento charlaba de politica con mis manos, la parada de colectivo llena de gente y el cielo amenazante. Los colores que un día existieron, ya no estaban. Yo seguía esperando, la demora ya era demasiado importante, hacia unos cuarenta o cincuenta minutos que estaba ahí. La gente no paraba de quejarse, yo no paraba de mirar el cielo, me llamaba la atención, me llamaban la atención las nubes, estaban mas raras que nunca, pero bueno, supuse que era algo normal. De repente a unos metros un hombre mayor con bigotes y gorro de lana dijo: - el colectivo, ahi viene - cuando instantenamente me paré para no terminar subiendo ultimo. En ese momento ya mis manos sabian a quien iban a votar las elecciones seguientes y mis huesos ya tenían un par de agujeros. Subí y me paré al lado del asiento de una señora con anteojos de sol, a quien todavía estoy investigando en mi cabeza, era sospechosa, pero tampoco le dí mucha importancia, supuse que era algo normal. Mi cabeza estaba en otro lado, yo estaba buscandola, cuando en pleno acto llegó mi parada, o yo llegué a la parada, o el colectivo llegó a la parada. Bajé las escaleras mas rapido que nunca, con muchas ansias de encontrarla apoyada en la pared de la esquina.

La soledad es una ingrata a la que se le va agarrando el gusto, con un alto riesgo de parar completamente enamorados de ella, la soledad es la gota de agua en la llave del baño que dejaste prendida y que no quieres apagar para no sentirte solo. La soledad es como un suplicio ingenioso de la naturaleza, que hace que nos encontremos con nosotros mismos, para poder valorar a los demás. La soledad es un espejo que no miente. La soledad es ese montón de sonidos que no escucha nadie, pero que hacen demasiado ruido. La soledad es una malvada insoportable y maravillosa, que me gusta, no se bien por qué. La soledad es entender por fin que no hay mejor compañía que la soledad, es el velorio de un día que se fue. La soledad es la compañera, la del miedo, la de los futuros inciertos, la del camino, la búsqueda.

Gracias Charly

Me haces con celos, con envidia, con cabezonería, me haces con un montón de sentimientos y yo tengo aprender a arreglármelas con ellos. Esto tampoco es fácil. Lo peor de todo, es que una vez que he descubierto el funcionamiento humano ya no puedo hacerme el inocente. Por ejemplo, ahora que sé que el humano es envidioso, tengo que entrar yo primero por la puerta y que la envidia se quede fuera. Además me haces mortal, y si no lo acepto rápido, te maltrato y no aprecio el tiempo que me das lo suficiente como para aprovecharlo cada día. No aceptar la mortalidad conllevaría vivirte insatisfecha, llorando por lo que nunca tendré, triste casi sin saber porqué. Con todo esto, para verte bella me haces amar lo perecedero, me haces amar los cambios. Y una vez más, eso tampoco resulta fácil.

(Carta a la vida)

La guitarra arriba de la cama, la cama arriba del piso. El skate cantando conmigo desde la pared, los puffs mirando para afuera, el techo ladrandole a los perros, las mochilas pidiendo uso y un caballito rebotando a mi lado, como rebotan los sueños un Domingo de frío. Los tomos uno, dos y tres de mi comic favorito poniendose una bufanda, las pantuflas tristes, las gorras aburridas, el ropero jugando al ludo con la mesita de luz y los colores en el aire dando vueltas por ahí.

Desde arriba todo se ve tan diferente...

Restos de un amor,
otro que no fue

Mi hombro izquierdo me contó que lo mojaste un par de veces, me contó que le contaste algunos problemas, que le susurraste algunas injurias, algunas maldiciones, otros besos, dos miradas, once fantasmas. Me contó de algunos sueños que tenías, algunos que tenes, otros que perdiste. Me dijo que me querías, pero me costo creerle. Dijo que supuestamente esos abrazos te hacian fuerte, que me agradecias por ayudarte y añorabas alguna mirada mas. Me costó creerle.

Basquiat, The King.

Me acuerdo que estaba en un tipo de expedición asesina en la escuela, que matabamos gente con un cuchillo que cortaba el vidrio del gimnasio, me acuerdo que aunque maté a mas de cuatro personas vos me viste y me hablaste, nos sentamos en los bancos con los demas, y no me soltaste, salvo cuando te quisiste sentar; cuando me viste cerca de otra te paraste y me volviste a abrazar, me abrazaste todo el tiempo. Todavia te estoy buscando, me acuerdo que tenías rulos.

Un subte de madera, miles de personas adentro, canciones que lo dicen todo, miradas que te ponen incomodo, mochilas que te golpean, sonrisas que pasean, ojos que se ponen en las paredes grises, diarios que te avisan que dia es, en que año estamos, la temperatura, los problemas, el país en que vivimos, la mierda en la que caminamos. Un sonido me avisa que tengo que bajar, otro mundo me aguarda, el de la esperanza, el de las tormentas, miles de autos, miles de emfermos, un cielo que me espera el día que me aburra.

La situación era clara. La lluvia caía y el sol se asomaba, el arcoiris se empezaba a pintar y los arboles se movían como nunca. La miraba desde lejos, esperaba un abrazo, o un estornudo, una foto, o un cartel de despedida. Miraba los colores del cielo (me contó que predominaba el amarillo y que algunas nuves eran violeta) y se secaba las gotas de la cara, cuando gritó su nombre, levantó sus brazos y le sonrió al atardecer. Corrió y corrió (dijo que en verdad no tenía ganas de dejarla ir), corrió y corrió, corrió y corrió, hasta perderse en el naranja violaceo del cielo.

No puedo protegerte
sin empuñar la espada,
pero con la espada en
la mano no te puedo
abrazar.

Tite Kubo

Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.

Julio Cortázar

¿A donde vas?
¿En donde estas?
¿No ves que todo se derrumba a mi alrededor?

Le tiré los perros, los gatos, los elefantes, dos pajaritos azules, y una mariposa. Me tiró con la televisión, dos bolas de pool, un cuchillo, una sonrisa, una patada y un centro. Lo cabecié, y la invité a tomar un trago, comer papas fritas, mirar las estrellas aunque no se vean y escuchar el ruido de los arboles cantando Nirvana. La invite a abrazarme, a repetir la sonrisa y a tirarnos en el piso a hacerle coros a los arboles. Me invitó a cre er

Siempre escribiendo cosas de amor, como si el amor me estaría invadiendo, demoliendo, recorriendo. Siempre escribiendo cosas tuyas, aunque todavia no existas. Parece que te estoy esperando pero nunca llegas, pero no creo estarte esperando, y estoy seguro que no vas a llegar. Hay temas mucho mas importantes que escribir sobre estar sentados en el mar hablando de como le quedo el pelo a algun famoso, pero siempre y sin sentido termino escribiendo sobre lo mismo, siempre terminamos alagando los peinados, los abrazos y de nuestras canciones. Puede ser que sea mucho mas facil escribir de amor que escribir de otras cosas, puede que sea mas facil escribir sobre tus ojos que conquistar el mundo. Puede que sea mucho mas facil conquistar el mundo, que conquistar tu mundo. Aunque todavia no te conosca.

¿Cómo carajo vas a entenderme? si yo que vivo conmigo todos los días, veo a ese tipo en el espejo y le pregunto: ¿Vos que vas a saber - vos que vas a saber de mí?. Puedo amarte tanto que te puede asfixiar, y después odiarte casi como me odio a mí.
Puedo pedir que me sigas hasta el fin y dejarte ahí.

Con un skate bronco en la mano, escuchando cantar a Roberto Kennedy en un ingles de mierda, pensando que quiero ponerme una bufanda, las manos en los bolsillos y salir a caminar un poco con vos, otro poco solo, pensar en nada un rato, pensar en nada dos ratos, ponerme un chupetin en la boca, y seguir caminando, mirando el piso y mirando el cielo. Si camino con vos quiero reirme de mi, de vos y de los faros de luces. Si no es con vos, quiero pensar en todo lo que haría con vos, pensar como nos reiriamos de mi, de vos y de los faros de luces. Si es con Papá Noel, quiero pedirle una caminata con vos, así nos reimos de mi, de vos y de los faros de luces.

Nosotros nos atraemos
como las gotas de agua,
como los planetas.
Nosotros nos repelemos
como los imanes, como
los colores de piel.

Tite Kubo

El ventilador marcaba las ocho, la cama caminaba por las paredes, vos me hablabas de todo lo que pasaba, el vaso de gaseosa se quejaba del ronquido de la silla y la silla roncaba por que yo me dormía. La televisión decía que el pasado era pasado y que Susana Gimenez comía suyi todos los dias de su vida. El ventilador marcaba las nueve y dos minutos, y vos me pasabas por arriba con tus caras de 'de verdad te quiero' (yo me dejaba pasar por arriba, como siempre) , el vaso de gaseosa esta vez estaba vacío, y un perro había mordido a un nene en la televisión. El ventilador marcó las diez y veintidos y vos te quedaste dormida, y yo como idiota que soy me acosté al lado tuyo y te agarré de la mano, apagué la tele, le dije a la puerta que se cierre, y le conté a Susana Gimenez que sin querer te amaba.

Yo no quiero crecer
si crecer es endurecer el alma

Como dijo un pelado:

"...No te libraste de nosotros, nuestra desidia, fue por tenerte regalada el creer que no vales nada. Está pariendo hijos ciegos, está cansada, aunque tus lágrimas saldas nos pueden ahogar si quieres, los pocos que te aman, no tienen fuerza. Como reliquia se pasean, solo paquetes de turismo son, no hay más amigos del sol, no hay más ofrendas, sólo este ataque mortal, al medio del corazón..."

Te vi planeando tus argumentos, sin olvidarte los mios. Y otra vez se sucede la discusión, que no tiene sentido. Sobre los hombros de mi paciencia, cargaste tus sueños dormidos, y a pesar de poder cambiar algo los dos, quedamos escondidos otra vez. Dime cuando me dejó tu corazón a un lado, dime como me escucho sin que le hubiera hablado; mira como me dejó mi corazón a un lado.

Cuando tomo un vaso de Coca Cola en la peatonal, cuando escucho un tema de The Used, cuando me pongo a dibujar, cuando me siento en el banco de siempre buscando a dos pelotudos enamorados, cuando camino solo por las calles con mi puto morral (que tiene el cierre roto), cuando escucho un tema de un cantante pop que vos conocias, cuando me acuerdo de tu voz por esa palabra que solo vos usabas, cuando piso un chicle, como un chicle, masco un chicle, cuando miro para arriba, para la derecha y para la izquierda, cuando veo un colectivo llendose, cuando me acuerdo de tal puto desencuentro, cuando me acuerdo que se me trababan las palabras de los nervios, cuando miro la vidriera que siempre miraba cuando estaba obligado a esperarte, diez minutos, veinte minutos, cuarenta minutos (igual te esperaba), cuando me rio, canto, bailo y pateo, cuando me acuerdo de aquel ultimo puto desencuentro, cuando pienso en vos aunque no tendria que pensar en vos.

J dice:
tuvimos como doce desencuentros
eso es lo interesante de nuesta TAN corta historia
tuvimos mas desencuentros que dias juntos

Y es asi, uno pasa la vida preguntandose por el sentido de la vida, esperando ese algo que falta y que nos hara felices. Y tal vez la respuesta, sea que la vida no tiene sentido, que la vida simplemente se vive y simplemente viviendo, podamos decir al final, que nuestra vida valio la pena.

A veces cuando
todo lo que ves
está gris y apagado
sirve imaginar
un poco de color.
Por un momento te alegrás

El reloj se detuvo y con él la película. Los pochoclos parecían no querer morir y la gaseosa tenía ganas de terminarse. Vos masticabas un chicle y ponías tu pierna arriba de la mía, como quien tiene frío, esta aburrido, y escucha Bad Astronaut. La pelicula seguía, y yo pasaba mi brazo por detras de tu cabeza, el reloj volvía a pararse y vos ponias tu mano en mi rodilla . El film seguía y seguía, hasta que en la mejor parte de ésta sorpresivamente atacaste con un beso en la mejilla, te puse cara de asombrado y te miré (y me miraste). Todo continuaaaaaaba normalmente pero el reloj volvío a pararse, esta vez me di cuenta que todo esto que estoy contando solo fué un simple y mentiroso sueño; hasta que me desperté.

Posdata: Admito que me lo creí por un rato.

Desde mi escritorio comunico la predicción de los Mayas, la creación de Dios fue solo un fallo mas. Creamos destrucción a cada paso, odio, avaricia, envidia son solo tres de miles de casos, un fracaso en cada diario personal. ¿Cuantas cosas quedan por hacer y cuantas que jamas podras contar?, nuestro egoísmo es transformado en contaminación ,estamos mas cerca del final tras cada incendio, inundación. No quiere generar mas energÍa, madre naturaleza se cansó y el sol no quiere ponerse de día.

La misma receta de siempre, ponerme el walkman y mirar para abajo haciendo de cuenta que no pasa nada, pisar los charcos y salpicarme, escuchar Papa Roach mientras me pongo la capucha, pensar en cuanto deseo irme a vivir a Urano, para no ver mas noticieros que me digan que le robaron el auto a un vecino, o que mataron a doña Julia por que no regalo plata, que murieron un millon de personas por un terremoto en Malasia o que la guerra entre Estados Unidos y Disney esta por empezar, que el mundo esta por explotar. Hace unos meses que todos los días mi cabeza plantea lo mismo, el hecho de irme del planeta, de ponerme el walkman y escuchar musica, aveces sin que los charcos de agua existan y sin la necesidad de ponerme la capucha, aveces con una gaseosa en la mano, y aveces sin una gaseosa en la mano, pero todos los días igual. ¿Acaso no va a mejorar nunca esto? me pregunto aveces, y a los dos minutos (como mucho) me respondo - No-. En este ultimo tiempo intenté buscar un par de soluciones por mi cuenta, pense en Rambo, en Chuck Norris y hasta en Austin Powers, pero no encontre ninguna que nos salvase de este problema.

¿EXISTIRÁ LA MUERTE POR SOBREDOSIS DE HELADO DE CHOCOLATE CON PASAS?

Haruka

-El hada Mayaru perdió su memoria y estubo viviendo sola en el bosque en una colína
-Por casualidad una chica solitaria apareció por allí y se hicieron amigas
-Aunque la chica llamo a muchas otras y todas se hicieron amigas y jugaron
-Ya que Mayaru no era humana, envejecía mas lentamente
-Los niños crecieron mas y mas y olvidaron a Mayaru
-Al final, la única que quedaba era la chica que conoció desde el principio
-Pero, esa chica se hizo adulta y no pudo jugar nunca mas con Mayauru.
-Aun así después de hacerse adulta, la chica no pudo olvidar completamente a Mayauru... y volvió...
-Entonces Mayauru le dió a la triste chica un regalo.

Narumi

-¿Un regalo?

Haruka

-Palabras de despedida.
-Hasta entonces los humanos no conocían palabras de partida.
-Mayauru era un hada de las despedidas.
-Ella lo estuvo olvidando y por eso solo tuvo despedidas.
-La chica, ahora adulta aprendió las palabras de despedida de Mayauru.
-Al conocer las palabras de despedida, esa chica fue capaz de convertirse en la persona mas amable del mundo

(todo esto era parte de la historia del libro que había hecho que Narumi y Haruka se conocieran)

-ESE es el libro de nuestro encuentro
-Por eso ahora demonos nuestro adiós con una sonrisa
-¿vale?

Narumi

-Adios

Haruka

-Hasta siempre

La noche había empezado bien, estuve puntual ante tu puerta, hasta me había sobrado tiempo para comprar unas flores. -Es cursi, ya lo sé.- Abriste la puerta, y pude ver tu figura esbelta, recuerdo tu sonrisa, tus ojos verdes al mirarme. Después paseamos hasta el restaurante. Cientos de veces, había pasado por delante de aquella cristalera que dejaba ver las mesas y a sus comensales, así que cuando entramos, era como si ya hubiera estado antes allí. Recuerdo la mezcla de olores que emanaban de la cocina, y la suave música que pugnaba por sobre salir de las conversaciones. Durante los postres nuestras manos se rozaron por accidente. Fue un roce fugaz. Tímido, pero cargado de cientos de sensaciones diferentes. Te había tocado otras veces pero ésta vez era distinto, y ambos lo sabíamos.

Es una reacción alérgica
al universo

Lucy: Y sentir como caes, sentir como el aire negro entra tu pecho... enlazar las cuencas de tus ojos y sentir el amanecer ciego... morir es lo que siento, aunque en realidad no siento nada.

Le pregunté a Dios si existía, soñé mariposas en el intestino grueso, las acompañé con dos milanesas de carne, le sonreí al techo de mi habitación, el techo de mi habitación me sonrió, levanté el pie derecho, busqué una respuesta, dos respuestas, tres respuestas, no encontre ninguna. Me levanté, caminé hasta el teléfono, y la llamé. Me atendió con voz de dormida y me dijo que me vaya a dormir, que ya era tarde, tambien dijo que me quería. Colgué el telefono, sonreí, volví a mi cama, me puse la almohada contra la cabeza hasta estar a punto de asfixiarme, me la saqué, mire al techo y le sonreí, el techo me miró y me sonrió.

No soy un pirado,
me acuerdo de como reir

Compañero de mamá y de útero, navegantes de las mismas tormentades, parecidos por dentro y por fuera, dos marcianos que se quieren de callado. A contramano del mundo y mas alla, dos fracasos, dos proyectos de humanidad, musica, dibujitos y letras, alimentos para neuronas exitadas. Sermoneando en nombre de una moral, sostenida por un par de años mas, perdoname brother no me di cuenta, en esta calesita me llevas una vuelta. [... esta parte me la cantaste una vez vos...] Ahí donde te cuidé, te soñé, te empujé, te lloré, te escupí, por primera vez, ahí donde naciste vos, nací de nuevo yo.

Volve sorete, ya te extraño.

En la arena escuchando las olas me dormí, y empecé a soñar, soñaba que todo lo fui volvía a mi alrededor, que todos los fallos que cometí nunca habían existido, que todo lo que hice bien, era aun mejor. Soñé que sin ser el mejor podía sacar de mi lo mejor, que tenia esperanza por todo y que con una simple sonrisa llegaba a alegrar el corazón de los que tenia alrededor, mas tarde desperté y me di cuenta que aun seguía estando en el mismo sitio, en la arena mojada acompañada de mi soledad. Me puse a llorar, tal vez de impotencia o tal vez porque lo necesitaba, seguí pensando e intentaba recordar aquellos momentos en los que hice sentir a alguien bien por un momento.

[Me sente en la orilla]

Y vos ahí, mirando pasar
mi error diez mil
un fracaso más

Ahora cruzaba las calles de Buenos Aires con estos gritos adentrados en el alma. Calor de fiebre me subía a las sienes; olíame sudoroso, tenía la sensación de que mi rostro se había entosquecido de pena, deformado de pena, una pena hondísima, toda clamorosa. Rodaba abstraído, sin derrotero. Por momentos los ímpetus de cólera me envarraban los nervios, quería gritar, luchar a golpes con la ciudad espantosamente sorda... Y súbitamente todo se rompía adentro...

NOCTURNA

Desfilaron en mi memoria los años de las grandes ilusiones, de los pronosticos felices, y tambien todas las omisiones que impidieron su realizacion. Senti la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de algun rompecabezas abandonado; pero el arcon de los juguetes se va olvidando y, al cabo, ¿quien sabra donde fueron a dar los soldados de plomo, los cascos, las espadas de madera? Los disfraces tan queridos, no fueron mas que eso. Y sin embargo habia habido constancia, disciplina, apego al deber. ¿No era suficiente o sobraba?. En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke. La gran recompensa de la aventura de juventud debe ser la muerte.

Nos encontramos, fuimos a la plaza, nos sentamos en el banco que da al cine, ella se sentó primero, me miro con esa cara que nunca me animo a mirar, esa cara que me intimida; me dijo
- Si son malas noticias decimelas ahora, no quiero esperar mas.
Me senté a su lado, mire para arriba (los pájaros no dejaban ver el cielo y con la ayuda de los árboles, la plaza estaba oscura) y le conté, sin mirarla, verle las lagrimas caer por la cara no era la imagen que mejor me hacia. Le dije que en cuatro días me iba, que en cuatro días era probable que no la vea nunca mas, que si ella me decía que no quería que me valla, que si ella me decía algo, me quedaba con ella , sin importar nada, aunque tuviera que dormir en la calle bajo cartones, por ella me quedaba.
Me respondió:
- No seas tonto, “tenes” que irte- Automáticamente una lagrima del tamaño de Júpiter se le callo por el ojo izquierdo inundando toda su cara.
No lo soporte, agache la cabeza (no se si por vergüenza o por idiota) y mi cara también se inundo.


(No lo pensaba)