sábado, 25 de junio de 2011

Una taza de capuccino que despierta mis pensamientos, la televisión sin cable, y un dolor de panza que desafía mi fuerza mental. El frío calando los huesos de mis manos, y mis zapatillas haciendo lo posible para conservar la vida de mis pies. De repente se abre mi puerta, y tus ganas de gritar me miran sonriendo. Cuando quieras te quiero, decís. Cuando quieras te quiero. Cuando quieras te quiero, gritás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario